-¿ Como estas llevando la cuarentena?
- La cuarentena se ha hecho eterna. Al principio no cambió mucho mi vida, ya que mi rutina laboral casi no cambió, sino todo lo contrario, fue sumándome más responsabilidades y carga mental. Hoy después de todo este tiempo ya me está afectando para mal, mi entorno está medio tirando hacia depresivo y solo salir a trabajar ya me está agotando.
-¿ Cual fue el último club en el que estuviste y en que año? ¿ Se puede decir que te retiraste del fútbol?
- Mi último club fue Mitre de Santiago del Estero, en la temporada 17/18. Luego de eso decidí retirarme, no por falta de ofertas de clubes, sino más bien por un cansancio de la actividad y su mundo.
Javier Grbec durante su paso por Mitre.
- En Temperley te tocó hacer varios goles, y la gente del club te tiene mucho aprecio, ¿ que recuerdo tenes de tu paso por el club?
- Mis recuerdos de Temperley son los mejores. Tanto la emoción vivida del proceso que nos llevó al ascenso como las sensaciones de estar en Primera y conseguir mantener la categoría. Y sin dudas, la gente. Esa transmisión continua de sus emociones sabiendo que estaban viviendo algo único y difícil de repetir.
- Jugaste en muchos clubes del ascenso, ¿ que tiene de particular esa categoría en relación de Primera cuando estuviste con Temperley en 2015?
- El ascenso es pura pasión y amor al club de barrio, de amigos e historias de pequeños logros. Estar en Primera es, sin dudas, la élite. Todo te hace sentir así: los medios, la gente, el entorno, los estadios, las posibilidades, los rivales. La diferencia sin dudas es enorme.
Marcos Torsiglieri y Javier Grbec durante un encuentro en el Estadio Alfredo
Beranger.
- Además tu carrera tuvo lugar en Eslovenia, Chile y Ecuador, ¿ como es la cultura y el fútbol en esos países?
- Cada país lo vive y siente a su modo. En Eslovenia es un trabajo más, la vida es súper tranquila y respetan toda la actividad entendiendo que es un juego, sin locuras. Tanto en Chile como en Ecuador no jugué en equipos de las capitales, sino en equipos que representaban ciudades. Y eso se vive de una manera particular. Son pasionales y exigentes, pero cuidan más al jugador.
- En cada gol hacías el festejo de la guitarra y es un instrumento que tocas, ¿ te gustaría dedicarte a la música en un futuro?
- No se si dedicarme, la guitarra la agarro a cada rato. Quizás solamente para juntarme los sábados a zapar con amigos o armar una bandita para tocar en bares, tranquilo. Pero siempre disfrutando el poder hacer música, no por otro fin.